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MISA VIERNES DE LA VIGÉSIMA PRIMERA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO 2025

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La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Viernes, 2025-08-29 lo siguiente:

  • El Martirio de san Juan Bautista, Memoria 2025:

    PRIMERA LECTURA DE LA MISA

    El evangelio de esta memoria es propio. Diles lo que yo te mando. No les tengas miedo

    Lectura del libro de Jeremías 1, 17-19

    En aquellos días, recibí esta palabra del Señor: «Cíñete los lomos, ponte en pie y diles lo que yo te mando. No les tengas miedo, que si no, yo te meteré miedo de ellos. Mira; yo te convierto hoy en plaza fuerte, en columna de hierro, en muralla de bronce, frente a todo el país: frente a los reyes y príncipes de Judá, frente a los sacerdotes y la gente del campo. Lucharán contra ti, pero no te podrán, porque yo estoy contigo para librarte.» Oráculo del Señor.

    SALMO RESPONSORIAL

    Salmo responsorial Sal 70, 1-2. 3-4a. 5-6ab. 15ab y 17 (R.: 15a)

    R. Mi boca contará tu auxilio.
    A ti, Señor, me acojo: no quede yo derrotado para siempre; tú que eres justo,
    líbrame y ponme a salvo, inclina a mí tu oído, y sálvame. R.
    Sé tu mi roca de refugio, el alcázar donde me salve, porque mi peña y mi alcázar
    eres tú, Dios mío, líbrame de la mano perversa. R.
    Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
    En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno tú me sostenías. R.
    Mi boca contará tu auxilio, y todo el día tu salvación. Dios mío, me instruiste desde
    mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas. R.

    Aclamación del Evangelio

    Aleluya Mt 5, 10

    Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los
    cielos.

    EVANGELIO DE LA MISA

    Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista

    Lectura del santo evangelio según san Marcos 6, 17-29

    En aquel tiempo, Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel, encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano. Herodías aborrecía a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía. Cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado, y lo escuchaba con gusto. La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea. La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. El rey le dijo a la joven: -«Pídeme lo que quieras, que te lo doy.» Y le juró: -«Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino.» Ella salió a preguntarle a su madre: -«¿Qué le pido?» La madre le contestó: -«La cabeza de Juan, el Bautista.» Entró ella en seguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: -«Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista.» El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados, no quiso desairarla. En seguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre. Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo enterraron.

  • VIERNES DE LA VIGÉSIMA PRIMERA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO 2025:

    Tiempo Ordinario.

    PRIMERA LECTURA DE LA MISA

    Esto quiere Dios de vosotros: una vida sagrada

    Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 4, 1-8

    Hermanos: Por Cristo Jesús os rogamos y exhortamos: Habéis aprendido de
    nosotros cómo proceder para agradar a Dios; pues proceded así y seguid
    adelante.
    Ya conocéis las instrucciones que os dimos, en nombre del Señor Jesús.
    Esto quiere Dios de vosotros: una vida sagrada, que os apartéis del desenfreno, que
    sepa cada cual procurarse mujer santa y respetuosamente, no por pura pasión,
    como hacen los gentiles que no conocen a Dios.
    Y que en este asunto nadie pase por encima de su hermano ni se aproveche con
    engaño, porque el Señor venga todo esto, como ya os dijimos y aseguramos.
    Dios no nos ha llamado a una vida impura, sino sagrada.
    El que desprecia este mandato no desprecia a un hombre, sino a Dios, que os ha
    dado su Espíritu Santo.

    SALMO RESPONSORIAL

    Salmo responsorial Sal 96, 1 y 2b. 5-6. 10. 11-12.

    V/. Alegraos, justos, con el Señor.
    R/. Alegraos, justos, con el Señor.
    V/. El Señor reina, la tierra goza, se alegran las islas innumerables.
    Justicia y derecho sostienen su trono. R/.
    V/. Los montes se derriten como cera ante el dueño de toda la tierra.
    Los cielos pregonan su justicia y todos los pueblos contemplan su gloria.
    V/. El Señor ama al que aborrece el mal, protege la vida de sus fieles y los libra de
    los malvados. R/.
    V/. Amanece la luz para el justo, y la alegría para los rectos de corazón.
    Alegraos, justos, con el Señor, celebrad su santo nombre. R/.

    EVANGELIO DE LA MISA

    Que llega el esposo, salid a recibirlo

    Lectura del santo Evangelio según San Mateo 25, 1-13

    En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: El Reino de los Cielos se
    parecerá a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al
    esposo.
    Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas.
    Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se
    llevaron alcuzas de aceite con las lámparas.
    El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.
    A medianoche se oyó una voz: «Que llega el esposo, salid a recibirlo!» Entonces se
    despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas.
    Y las necias dijeron a las sensatas: «Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos
    apagan las lámparas».
    Pero las sensatas contestaron: «Por si acaso no hay bastante para vosotras y
    nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis».
    Mientras iban a comprarlo llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron
    con él al banquete de bodas y se cerró la puerta.
    Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo: «Señor, señor, ábrenos».
    Pero él respondió: «Os lo aseguro: no os conozco».
    Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.

Contenido actualizado el 2012-01-10T00:00:00Z