La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Sábado, 2026-05-30 lo siguiente:
Fuera del tiempo pascual: Eclesiástico 3, 17-24; en tiempo pascual: Ef 6, 10-13. 18
Salmo Responsorial Sal 130, 1. 2. 3
Aleluya Mt 23, 11. 12b
El primero entre vosotros será vuestro servidor -dice el Señor-, y el que se humilla
será enaltecido.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 10, 17-20
En aquel tiempo, los setenta y dos volvieron muy contentos y dijeron a Jesús: -«Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre.» Él les contestó: -«Veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones y todo el ejército del enemigo. Y no os hará daño alguno. Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo.»
Lectura de la carta del Apóstol San Judas 17. 20b-25
Queridos hermanos: Acordaos de lo que predijeron los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo.
Continuando el edificio de vuestra santa fe y orando movidos por el Espíritu Santo,
manteneos en el amor de Dios, aguardando a que nuestro Señor Jesucristo por su
misericordia, os dé la vida eterna.
Algunos titubean: tened compasión de ellos; a unos salvadlos arrancándolos del
fuego, a otros mostradles compasión, pero con prudencia, aborreciendo hasta el
vestido que esté manchado por los bajos instintos.
Al único Dios, nuestro Salvador, que puede preservaros de tropiezos y presentaros
ante su gloria exultantes y sin mancha, sea la gloria y majestad, imperio y
poderío, por Jesucristo Señor nuestro desde siempre y ahora y por todos los
siglos.
Amén.
Salmo responsorial Sal 62, 2. 3-4. 5-6.
V/. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
R/. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
V/. Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti; mi carne
tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua. R/.
V/. ¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria! Tu gracia
vale más que la vida, te alabarán mis labios. R/.
V/. Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca y mis labios te alabarán jubilosos.
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 11, 27-33
En aquel tiempo, Jesús y los discípulos volvieron a Jerusalén, y, mientras paseaba
por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los letrados y los senadores, y
le preguntaron: ¿Con qué autoridad haces esto ? ¿Quién te ha dado semejante
autoridad ? Jesús les replicó: Os voy a hacer una pregunta y, si me contestáis, os
diré con qué autoridad hago esto.
El bautismo de Juan ¿era cosa de Dios o de los hombres? Contestadme.
Se pusieron a deliberar: Si decimos que es de Dios, dirá: «¿Y por qué no le habéis
creído? » Pero como digamos que es de los hombres.
(Temían a la gente, porque todo el mundo estaba convencido de que Juan era un
profeta) Y respondieron a Jesús: No sabemos.
Jesús les replicó: Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto.