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MISA VIGÉSIMO PRIMER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO 2024

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La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Domingo, 2024-08-25 lo siguiente:

  • San José de Calasanz, presbítero 2024:

    PRIMERA LECTURA DE LA MISA

    1 Co 12, 31 - 13, 13 (más extensa)

    SALMO RESPONSORIAL

    Salmo Responsorial Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9. 10-11

    EVANGELIO DE LA MISA

    Mt 18, 1-5

    Notas

  • VIGÉSIMO PRIMER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO 2024:

    Tiempo Ordinario.

    PRIMERA LECTURA DE LA MISA

    Nosotros serviremos al Señor: ¡es nuestro Dios!

    Lectura del libro de Josué 24, 1-2a. 15-17. 18b

    En aquellos días, Josué reunió a las tribus de Israel en Siquén. Convocó a los
    ancianos de Israel, a los cabezas de familia, jueces y alguaciles, y se presentaron
    ante el Señor. Josué habló al pueblo:
    —«Si no os parece bien servir al Señor, escoged hoy a quién queréis servir: a los
    dioses que sirvieron vuestros antepasados al este del Éufrates o a los dioses de los
    amorreos en cuyo país habitáis; yo y mi casa serviremos al Señor.»
    El pueblo respondió:
    —«¡Lejos de nosotros abandonar al Señor para servir a dioses extranjeros! El
    Señor es nuestro Dios; él nos sacó a nosotros y a nuestros padres de la esclavitud de
    Egipto; él hizo a nuestra vista grandes signos, nos protegió en el camino que
    recorrimos y entre todos los pueblos por donde cruzamos. También nosotros
    serviremos al Señor: ¡es nuestro Dios!»

    SALMO RESPONSORIAL

    Salmo responsorial Sal 33, 2-3. 16-17. 18-19. 20-21. 22-23 (R/.: 9a)

    R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
    Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi
    alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.
    Los ojos del Señor miran a los justos, sus oídos escuchan sus gritos; pero el
    Señor se enfrenta con los malhechores, para borrar de la tierra su memoria.
    Cuando uno grita, el Señor lo escucha y lo libra de sus angustias; el Señor está
    cerca de los atribulados, salva a los abatidos. R/.
    Aunque el justo sufra muchos males, de todos lo libra el Señor; él cuida de todos
    sus huesos, y ni uno solo se quebrará. R/.
    La maldad da muerte al malvado, y los que odian al justo serán castigados. El
    Señor redime a sus siervos, no será castigado quien se acoge a él. R/.

    SEGUNDA LECTURA DE LA MISA

    Es éste un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia

    Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 5, 21-32

    Hermanos:
    Sed sumisos unos a otros con respeto cristiano.
    Las mujeres, que se sometan a sus maridos como al Señor; porque el marido es
    cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la Iglesia; él, que es el salvador del
    cuerpo. Pues como la Iglesia se somete a Cristo, así también las mujeres a sus
    maridos en todo.
    Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a su Iglesia.
    Él se entregó a sl mismo por ella, para consagrarla, purificándola con el baño del
    agua y la palabra, y para colocarla ante sí gloriosa, la Iglesia, sin mancha ni arruga
    ni nada semejante, sino santa e inmaculada. Así deben también los maridos amar a
    sus mujeres, como cuerpos suyos que son.
    Amar a su mujer es amarse a sí mismo. Pues nadie jamás ha odiado su propia
    carne, sino que le da alimento y calor, como Cristo hace con la Iglesia, porque
    somos miembros de su cuerpo.
    «Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer y
    serán los dos una sola carne.»
    Es éste un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.

    Aclamación del Evangelio

    Aleluya Jn 6, 63c. 68c

    Tus palabras, Señor, son espíritu y vida;
    tú tienes palabras de vida eterna.

    EVANGELIO DE LA MISA

    ¿A quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna

    Lectura del santo evangelio segun san Juan 6, 60-69

    En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron:
    —«Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?»
    Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo:
    —«¿Esto os hace vacilar?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir a donde estaba
    antes? El espítitu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he
    dicho son espíritu y vida. Y con todo, algunos de vosotros no crcen.»
    Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y
    dijo:
    —«Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo
    concede.»
    Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir
    con él.
    Entonces Jesús les dijo a los Doce:
    —«¿También vosotros queréis marcharos?»
    Simon Pedro le contestó:
    —«Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros
    creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios.»

Contenido actualizado el 2012-01-10T00:00:00Z