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MISA SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA 2019

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La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Domingo, 2019-03-17 lo siguiente:

  • San Patricio, obispo 2019:

    PRIMERA LECTURA DE LA MISA

    1 P 4, 7b-11

    SALMO RESPONSORIAL

    Salmo Responsorial Sal 95, 1-2a. 2b-3. 7-8a. 10

    EVANGELIO DE LA MISA

    Lc 5, 1-11

    Notas

  • SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA 2019:

    Tiempo de Cuaresma.

    PRIMERA LECTURA DE LA MISA

    Dios hace alianza con Abrahán, el creyente

    Lectura del libro del Génesis 15, 5-12. 17-18

    En aquellos días, Dios sacó afuera a Abrán y le dijo:
    —«Mira al cielo;cuenta las estrellas, si puedes.»
    Y añadió:
    —«Así será tu descendencia.»
    Abrán creyó al Señor, y se le contó en su haber.
    El Señor le dijo:
    —«Yo soy el Señor, que te sacó de Ur de los Caldeos, para darte en posesión esta
    tierra.»
    Él replicó:
    —«Señor Dios, ¿cómo sabré yo que voy a poseerla?»
    Respondió el Señor:
    —«Tráeme una ternera de tres años, una cabra de tres años, un carnero de tres años,
    una tórtola y un pichón.»
    Abrán los trajo y los cortó por el medio, colocando cada mitad frente a la otra, pero
    no descuartizó las aves. Los buitres bajaban a los cadáveres, y Abrán los espantaba.
    Cuando iba a ponerse el sol, un sueño profundo invadió a Abrán, y un terror
    intenso y oscuro cayó sobre él.
    El sol se puso, y vino la oscuridad;una humareda de horno y una antorcha
    ardiendo pasaban entre los miembros descuartizados.
    Aquel día el Señor hizo alianza con Abrán en estos términos:
    —«A tus descendientes les daré esta tierra, desde el río de Egipto al Gran Río
    Éufrates.»

    SALMO RESPONSORIAL

    Salmo responsorial Sal 26, 1. 7-8a. 8b-9abc. 13-14 (R.: la)

    R. El Señor es mi luz y mi salvación. El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién
    temeré?
    El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? R.
    Escúchame, Señor, que te llamo;ten piedad, respóndeme. Oigo en mi corazón:
    «Buscad mi rostro.» R.
    Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro. No rechaces con ira a tu siervo,
    que tú eres mi auxilio. R.
    Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el Señor, sé
    valiente, ten ánimo, espera en el Señor. R.

    SEGUNDA LECTURA DE LA MISA

    Cristo nos transformará, según el modelo de su cuerpo glorioso

    Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 3, 17—4, 1

    Seguid mi ejemplo, hermanos, y fijaos en los que andan según el modelo que tenéis en nosotros.
    Porque, como os decía muchas veces, y ahora lo repito con lágrimas en los ojos, hay
    muchos que andan como enemigos de la cruz de Cristo: su paradero es la perdición;
    su Dios, el vientre;su gloria, sus vergüenzas. Sólo aspiran a cosas terrenas.
    Nosotros, por el contrario, somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un
    Salvador: el Señor Jesucristo.
    Él transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso, con esa energía que posee para sometérselo todo.
    Así, pues, hermanos míos queridos y añorados, mi alegría y mi corona, manteneos así, en el Señor, queridos.

    Aclamación del Evangelio

    Versículo antes del evangelio

    En el esplendor de la nube se oyó la voz del Padre: «Éste es mi Hijo, el amado;
    escuchadlo.»

    EVANGELIO DE LA MISA

    Mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió

    Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 28b-36

    En aquel tiempo, Jesús cogió a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto de la
    montaña, para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió, sus vestidos
    brillaban de blancos.
    De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo
    con gloria, hablaban de su muerte, que iba a consumar en Jerusalén.
    Pedro y sus compañeros se caían de sueño;y, espabilándose, vieron su gloria y a los
    dos hombres que estaban con él. Mientras éstos se alejaban, dijo Pedro a Jesús:
    —«Maestro, qué bien se está aquí. Haremos tres tiendas: una para ti, otra para
    Moisés y otra para Elías.»
    No sabía lo que decía.
    Todavía estaba hablando, cuando llegó una nube que los cubrió. Se asustaron al
    entrar en la nube. Una voz desde la nube decía:
    —«Éste es mi Hijo, el escogido, escuchadle.»
    Cuando sonó la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por el
    momento, no contaron a nadie nada de lo que habían visto.

Contenido actualizado el 2012-01-10T00:00:00Z