La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Sábado, 2024-12-21 lo siguiente:
2 Tm 4, 1-5
Salmo Responsorial Sal 39, 2 y 4ab. 7. 8-9. 10
Mt 5, 13-19
Lectura del libro del Cantar de los cantares 2, 8-14
¡Oíd, que llega mi amado, saltando sobre los montes, brincando por los collados!
Es mi amado como un gamo, es mi amado un cervatillo.
Mirad: se ha parado detrás de la tapia, atisba por las ventanas, mira por las celosías.
Habla mi amado y me dice: «¡Levántate, amada mía, hermosa mía, ven a mí!!
Porque ha pasado el invierno, las lluvias han cesado y se han ido,
brotan flores en la vega, llega el tiempo de la poda,
el arrullo de la tórtola se deja oír en los campos;
apuntan los frutos en la higuera, la viña en flor difunde perfume.
Levántate, amada mía, hermosa mía, ven a mí!!
Paloma mía, que anidas en los huecos de la peña,
en las grietas del barranco, déjame ver tu figura, déjame escuchar tu voz,
porque es muy dulce tu voz, y es hermosa tu figura.»
Salmo responsorial Sal 32, 2-3. 11-12. 20-21 (R/.: 1a y 3a)
R/. Aclamad, justos, al Señor, cantadle un cántico nuevo.
Dad gracias al Señor con la cítara, tocad en su honor el arpa de diez cuerdas;
cantadle un cántico nuevo, acompañando los vítores con bordones. R/.
El plan del Señor subsiste por siempre, [os proyectos de su corazón, de edad en
edad. Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que él se escogió como
heredad. R.
Nosotros aguardamos al Señor: el es nuestro auxilio y escudo; con el se alegra
nuestro corazón, en su santo nombre confiamos. R.
Aleluya
Emmanuel, rey y legislador nuestro, ven a salvarnos, Señor, Dios nuestro.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 39-45
Unos días después, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo
de Jada; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó
Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito:
—«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a
mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído,
porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.»