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MISA JUEVES DE LA DÉCIMO OCTAVA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO 2020

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La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Jueves, 2020-08-06 lo siguiente:

  • LA TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR, Fiesta 2020:

    PRIMERA LECTURA DE LA MISA

    Cuando esta fiesta no cae en domingo, antes del evangelio se escoge una sola de las lecturas siguientes: Su vestido era blanco como nieve

    Lectura de la profecía de Daniel 7, 9-10. 13-14

    Durante la visión, vi que colocaban unos tronos, y un anciano se sentó;su vestido era blanco como nieve, su cabellera como lana limpísima;su trono, llamas de fuego;sus ruedas, llamaradas. Un río impetuoso de fuego brotaba delante de él. Miles y miles le servían, millones estaban a sus órdenes. Comenzó la sesión y se abrieron los libros. Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él. Le dieron poder real y dominio;todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.

    SALMO RESPONSORIAL

    Salmo responsorial Sal 96, 1-2. 5-6. 9 (R.: 1a y 9a)

    R. El Señor reina, altísimo sobre toda la tierra.
    El Señor reina, la tierra goza, se alegran las islas innumerables. Tiniebla y nube lo
    rodean, justicia y derecho sostienen su trono. R.
    Los montes se derriten como cera ante el dueño de toda la tierra;
    los cielos pregonan su justicia, y todos los pueblos contemplan su gloria. R.
    Porque tú eres, Señor, altísimo sobre toda la tierra, encumbrado sobre todos los
    dioses. R.

    SEGUNDA LECTURA DE LA MISA

    Esta voz del cielo la oímos nosotros

    Lectura de la segunda carta del apóstol san Pedro 1, 16-19

    Queridos hermanos: Cuando os dimos a conocer el poder y la última venida de nuestro Señor Jesucristo, no nos fundábamos en fábulas fantásticas, sino que habíamos sido testigos oculares de su grandeza. Él recibió de Dios Padre honra y gloria, cuando la Sublime Gloria le trajo aquella voz: «Éste es mi Hijo amado, mi predilecto.» Esta voz, traída del cielo, la oímos nosotros, estando con él en la montaña sagrada. Esto nos confirma la palabra de los profetas, y hacéis muy bien en prestarle atención, como a una lámpara que brilla en un lugar oscuro, hasta que despunte el día, y el lucero nazca en vuestros corazones.

    Aclamación del Evangelio

    Aleluya Mt 17, 5c

    Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo.

    EVANGELIO DE LA MISA

    Año C: Moisés y Elías hablaban de su muerte

    Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 28b-36

    En aquel tiempo, Jesús cogió a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto de la montaña, para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió, sus vestidos brillaban de blancos. De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo con gloria, hablaban de su muerte, que iba a consumar en Jerusalén. Pedro y sus compañeros se caían de sueño;y, espabilándose, vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Mientras éstos se alejaban, dijo Pedro a Jesús: -«Maestro, qué bien se está aquí. Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.» No sabía lo que decía. Todavía estaba hablando, cuando llegó una nube que los cubrió. Se asustaron al entrar en la nube. Una voz desde la nube decía: -«Éste es mi Hijo, el escogido, escuchadle.» Cuando sonó la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por el momento, no contaron a nadie nada de lo que habían visto.

  • JUEVES DE LA DÉCIMO OCTAVA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO 2020:

    Tiempo Ordinario.

    PRIMERA LECTURA DE LA MISA

    Haré una alianza nueva, y no recordaré sus pecados

    Lectura del Profeta Jeremías 31, 31-34

    Mirad que llegan días—oráculo del Señor— en que haré con la casa de Israel y la
    casa de Judá una alianza nueva.
    No como la que hice con vuestros padres, cuando los tomé de la mano para sacarlos
    de Egipto: Ellos, aunque yo era su Señor, quebrantaron mi alianza;—oráculo del
    Señor—.
    Sino que así será la alianza que haré con ellos, después de aquellos días—oráculo
    del Señor—: Meteré mi ley en su pecho, la escribiré en sus corazones;yo seré su
    Dios y ellos serán mi pueblo.
    Y no tendrá que enseñar uno a su prójimo, el otro a su hermano, diciendo: Reconoce
    al Señor.
    Porque todos me conocerán, desde el pequeño al grande —oráculo del Señor—
    cuando perdone sus crímenes y no recuerde sus pecados.

    SALMO RESPONSORIAL

    Salmo responsorial Sal 50, 12-13. 14-15. 18-19

    V/. Oh Dios, crea en mí un corazón puro.
    R/. Oh Dios, crea en mí un corazón puro.
    Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu
    firme;no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu. R/.
    V/. Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso.
    Enseñaré a los malvados tus caminos, los pecadores volverán a ti. R/.
    V/. Los sacrificios no te satisfacen;si te ofrecieran un holocausto, no lo querrías.
    Mi sacrificio es un espíritu quebrantado, un corazón quebrantado y humillado tú no
    lo desprecias. R/.

    EVANGELIO DE LA MISA

    Tú eres Pedro y te daré las llaves del Reino de los cielos

    Lectura del santo Evangelio según San Mateo 16, 13-23

    En aquel tiempo llegó Jesús a la región de Cesarea de Felipe y preguntaba a sus
    discípulos: ¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre? Ellos contestaron:
    Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.
    El les preguntó: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo ? Simón Pedro tomó la palabra
    y dijo: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.
    Jesús le respondió: ¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás! , porque eso no te lo ha
    revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo.
    Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder
    del infierno no la derrotará.
    Te daré las llaves del Reino de los cielos;lo que ates en la tierra, quedará atado en el
    cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo.
    Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.
    Desde entonces empezó Jesús a explicar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén
    y padecer allí mucho por parte de los senadores, sumos sacerdotes y letrados, y
    que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día.
    Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo: ¡No lo permita Dios, Señor! Eso no
    puede pasarte.
    Jesús se volvió y dijo a Pedro: quítate de mi vista, Satanás, que me haces tropezar;
    tú piensas como los hombres, no como Dios.

Contenido actualizado el 2012-01-10T00:00:00Z