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MISA MIÉRCOLES DE LA DÉCIMO OCTAVA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO 2017

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La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Miércoles, 2017-08-09 lo siguiente:

  • MIÉRCOLES DE LA DÉCIMO OCTAVA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO 2017:

    Tiempo Ordinario.

    PRIMERA LECTURA DE LA MISA

    Despreciaron una tierra envidiable

    Lectura del libro de los Números 13, 2-3a. 26—14, 1. 26-30. 34-35

    En aquellos días, el Señor dijo a Moisés en el desierto de Farán: Envía gente a
    explorar el país de Canaán, el que yo voy a entregar a los israelitas: envía uno de
    cada tribu, y que todos sean jefes.
    Al cabo de cuarenta días volvieron de explorar el país;y se presentaron a Moisés,
    Aarón y a toda la comunidad israelita, en el desierto de Farán, en Cadés.
    Presentaron su informe a toda la comunidad y les enseñaron los frutos del país.
    Y les contaron: Hemos entrado en el país adonde nos enviaste;es una tierra que
    mana leche y miel;aquí tenéis sus frutos.
    Pero el pueblo que habita el país es poderoso, tienen grandes ciudades fortificadas
    (hemos visto allí hijos de Anac).
    Amalec vive en la región del desierto, los hititas, jebuseos y amorreos viven en la
    montaña, los cananeos junto al mar y junto al Jordán.
    Caleb hizo callar al pueblo ante Moisés y dijo: Tenemos que subir y apoderarnos de
    ella, porque podemos con el1a.
    Pero los que habían subido con él replicaron: No podemos atacar al pueblo, porque
    es más fuerte que nosotros.
    Y desacreditaban la tierra que habían explorado delante de los israelitas: La tierra
    que hemos cruzado y explorado es una tierra que devora a sus habitantes;el
    pueblo que hemos visto en ella es de gran estatura.
    Hemos visto allí Nefileos, hijos de Anac: parecíamos saltamontes a su lado, y así
    nos veían ellos.
    Entonces toda la comunidad empezó a dar gritos, y el pueblo lloró toda la noche.
    El Señor dijo a Moisés y Aarón: ¿Hasta cuándo seguirá esta comunidad malvada
    murmurando contra mí? He oído a los israelitas murmurar de mí.
    Diles: « ¡Por mi vida! oráculo del Señor, que os haré lo que me habéis dicho en la
    cara: En este desierto caerán vuestros cadáveres;y de todo vuestro censo,
    contando de veinte años para arriba, los que murmurasteis contra mí, no
    entraréis en la tierra donde juré que os establecería.
    Sólo exceptúo a Josué hijo de Nun y a Caleb hijo de Jefoné.
    Contando los días que explorasteis la tierra, cuarenta días, cargaréis con vuestra
    culpa un año por cada día, cuarenta años.
    Para que sepáis lo que es desobedecerme.
    Yo, el Señor, juro que haré esto a la comunidad que se ha reunido contra mí: en este
    desierto se consumirán y en él morirán.

    SALMO RESPONSORIAL

    Salmo responsorial Sal 105, 6-7a. 13-14. 21-22. 23

    V/. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.
    R/. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.
    V/. Hemos pecado con nuestros padres, hemos cometido maldades e iniquidades.
    Nuestros padres en Egipto no comprendieron tus maravillas. R/.
    V/. Bien pronto olvidaron sus obras y no se fiaron de sus planes: ardían de avidez
    en el desierto y tentaron a Dios en la estepa. R/.
    Se olvidaron de Dios, su salvador, que había hecho prodigios en Egipto,
    maravillas en el país de Cam, portentos junto al Mar Rojo. R/.
    V/. Dios hablaba ya de aniquilarlos;pero Moisés, su elegido, se puso en la brecha
    frente a él, para apartar su cólera del exterminio. R/.

    EVANGELIO DE LA MISA

    Mujer, qué grande es tu fe

    Lectura del santo Evangelio según San Mateo 15, 21-28

    En aquel tiempo, Jesús salió y se retiró al país de Tiro y Sidón.
    Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a
    gritarle: Ten compasión de mi, Señor, Hijo de David.
    Mi hija tiene un demonio muy malo.
    El no le respondió nada.
    Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: Atiéndela, que viene detrás
    gritando.
    El les contestó: Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel.
    Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió de rodillas: Señor, socórreme.
    El le contestó: No está bien echar a los perros el pan de los hijos.
    Pero ella repuso: Tienes razón, Señor;pero también los perros se comen las migajas
    que caen de la mesa de los amos.
    Jesús le respondió: Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas.
    En aquel momento quedó curada su hija.

Contenido actualizado el 2012-01-10T00:00:00Z