La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Sábado, 2024-06-01 lo siguiente:
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1, 18-25
Hermanos: El mensaje de la cruz es necedad para los que están en vías de perdición; pero para los que están en vías de salvación -para nosotros- es fuerza de Dios. Dice la Escritura: «Destruiré la sabiduría de los sabios, frustraré la sagacidad de los sagaces.» ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el sofista de nuestros tiempos? ¿No ha convertido Dios en necedad la sabiduría del mundo? Y como, en la sabiduría de Dios, el mundo no lo conoció por el camino de la sabiduría, quiso Dios valerse de la necedad de la predicación, para salvar a los creyentes. Porque los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; pero para los llamados -judíos o griegos-, un Mesías que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios. Pues lo necio de Dios es más sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.
Salmo responsorial Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9 (R.: 5b)
R. El Señor me libró de todas mis ansias.
Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma
se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. R.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo
consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias. R.
Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. Si el
afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias. R.
El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege. Gustad y ved qué
bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él. R.
Mt 5, 13-19
Lectura de la carta del Apóstol San Judas 17. 20b-25
Queridos hermanos: Acordaos de lo que predijeron los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo.
Continuando el edificio de vuestra santa fe y orando movidos por el Espíritu Santo,
manteneos en el amor de Dios, aguardando a que nuestro Señor Jesucristo por su
misericordia, os dé la vida eterna.
Algunos titubean: tened compasión de ellos; a unos salvadlos arrancándolos del
fuego, a otros mostradles compasión, pero con prudencia, aborreciendo hasta el
vestido que esté manchado por los bajos instintos.
Al único Dios, nuestro Salvador, que puede preservaros de tropiezos y presentaros
ante su gloria exultantes y sin mancha, sea la gloria y majestad, imperio y
poderío, por Jesucristo Señor nuestro desde siempre y ahora y por todos los
siglos.
Amén.
Salmo responsorial Sal 62, 2. 3-4. 5-6.
V/. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
R/. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
V/. Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti; mi carne
tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua. R/.
V/. ¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria! Tu gracia
vale más que la vida, te alabarán mis labios. R/.
V/. Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca y mis labios te alabarán jubilosos.
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 11, 27-33
En aquel tiempo, Jesús y los discípulos volvieron a Jerusalén, y, mientras paseaba
por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los letrados y los senadores, y
le preguntaron: ¿Con qué autoridad haces esto ? ¿Quién te ha dado semejante
autoridad ? Jesús les replicó: Os voy a hacer una pregunta y, si me contestáis, os
diré con qué autoridad hago esto.
El bautismo de Juan ¿era cosa de Dios o de los hombres? Contestadme.
Se pusieron a deliberar: Si decimos que es de Dios, dirá: «¿Y por qué no le habéis
creído? » Pero como digamos que es de los hombres.
(Temían a la gente, porque todo el mundo estaba convencido de que Juan era un
profeta) Y respondieron a Jesús: No sabemos.
Jesús les replicó: Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto.