La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Domingo, 2024-04-21 lo siguiente:
Ef 3, 14-19
Salmo Responsorial Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9. 10-11
Mt 7, 21-29
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 4, 8-12
En aquellos días, Pedro, lleno de Espíritu Santo, dijo:
—«Jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo,
nos interrogáis hoy para averiguar qué poder ha curado a ese hombre; pues, quede
bien claro a todos vosotros y a todo Israel que ha sido el nombre de Jesucristo
Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los
muertos; por su nombre, se presenta éste sano ante vosotros.
Jesús es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha
convertido en piedra angular; ningún otro puede salvar; bajo el cielo, no se nos ha
dado otro nombre que pueda salvarnos.»
Salmo responsorial Sal 117, 1 y 8-9. 21-23. 26 y 28-29
R/. La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. (O bien: Aleluya.)
Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Mejor es
refugiarse en el Señor que fiarse de los hombres, mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los jefes. R/.
Te doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvación. La piedra que
desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo la
hecho, ha sido un milagro patente. R/.
Bendito el que viene en nombre del Señor, os bendecimos desde la casa del Señor.
Tu eres mi Dios, te doy gracias; Dios mío, yo te ensalzo. Dad gracias al Señor
porque es bueno, porque es eterna su misericordia. R/.
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 3, 1-2
Queridos hermanos:
Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo
somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él.
Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que
seremos. Sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo
veremos tal cual es.
Aleluya Jn 10, 14
Yo soy el buen Pastor
—dice el Señor—,
conozoco a mis ovejas, y las mías me conocen.
Lectura del santo evangelio según san Juan 10, 11-18
En aquel tiempo, dijo Jesús:
—«Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado,
que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y
huye; y el lobo hace estrago y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan
las ovejas.
Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que
el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas.
Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo
que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor.
Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla.
Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla
y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre.»